miércoles, 17 de abril de 2024

Somos

 Somos piel, hueso y carne;

piel que siente, pero que se irrita

huesos que resisten, pero se fracturan

carne que sangra y que se pudre al mismo tiempo;

somos la razón de la lógica 

el deseo y pasión de la poesía 

somos voluntad:

voluntad de vivir y de matar 

hijos e hijas de contradicción

desparramados por el tiempo y el espacio

lanzados a las bestias del destino

nos aferramos a nuestra existencia:

fragmentada y ajena,

arrancando del hambre y del frío, 

Y que pesar de todo:

queremos sentir que otro/otra en su desgracia

busca ser juntos en un somos


domingo, 1 de mayo de 2022

Voto adolescente como contracultura

 

El proceso constituyente chileno, es sin lugar a duda un proceso sin precedentes a nivel mundial, ya que se trata de una salida institucional a una crisis orgánica profunda en un país donde el modelo neoliberal ha penetrado desde todos los ámbitos de la vida humana. Se ha planteado como un proceso paritario y con participación de los pueblos originarios a través de escaños reservados, características peculiares para una sociedad especialmente conservadora y racista como la chilena, por lo tanto, es un proceso que se ha instalado a contrapelo del sentido común que la clase dominante nos instaló desde los tiempos de Pinochet, Reagan y Thatcher.

Una convención fuera de los cánones políticos del duopolio que ha administrativo Chile durante más de 30 años aprueba diaria y semanalmente propuestas que generan ruido en los sectores más conservadores la antigua Concertación y la Derecha, la prensa hace eco de estas preocupaciones y las encuesta pretenden prefigurar un escenario catastrófico donde la solución sería volver al punto de restauración previo al 19 de octubre del 2019. La última norma aprobada que pasó a borrador de la nueva Constitución y que sacó ronchas en la clase política, fue el voto facultativo para adolescente de 16 a 17 años, donde al aprobarse el texto constituyente dejaría a Chile junto con Ecuador, Argentina y Brasil como pioneros en derechos políticos y civiles de niñas, niños y adolescentes.

El voto adolescente solo cobra sentido dependiendo del modelo de democracia que se quiera instalar, en una democracia representativa y tecnócrata como la que rige actualmente Chile tienen peso los argumentos de madurez y conocimiento que han esgrimidos algunos. Si se instala en el contexto de una democracia participativa, deliberativa y plural, se hace muy necesaria la participación de todos los sectores de la sociedad, principalmente los que han sido históricamente marginados u oprimidos. En un país como el nuestro, donde el adulto centrismo es transversal social y políticamente, el voto adolescente es contracultural; pero la sociedad adulta no puede cerrarse ciegamente a esta posibilidad, la institucionalidad democrática debe apuntar a fortalecer el bien común, la cohesión y justicia social , y son los adolescentes chilenos los que han servido como termostato para detectar las demandas más sentidas de la sociedad chilena y han iniciado el proceso de transformación social, política y cultural más importante del último tiempo que nos tiene hoy discutiendo estos temas.

jueves, 23 de diciembre de 2021

¿Qué el miedo nunca le gane a la esperanza?

 


En los últimos días de la campaña, resonaba el lema de que "la esperanza debe vencer al miedo". Esta idea simple asignaba a cada candidato un papel: Gabriel Boric personificaba la esperanza, mientras que José Antonio Kast encarnaba el miedo. Esta aparentemente sencilla dicotomía tiene sus raíces en una tradición que se remonta a casi cuatro siglos atrás, planteada por el filósofo neerlandés Baruch Spinoza en el siglo XVII. En su análisis, Spinoza exploró cómo las emociones humanas, como el miedo y la esperanza, movilizan a las personas.


El desenlace de la elección presidencial puede comprenderse a partir del temor generado por la figura de Kast, percibida como neofascista o neopinochetista, representando una amenaza para los avances y derechos alcanzados por la sociedad chilena en años recientes. En contraste, la expectativa de un enfoque progresista, que aspire a establecer un Estado protector y compañero a lo largo de la vida, junto con fortalecer los derechos sociales ignorados por el sistema neoliberal, se alineaba con la propuesta de Gabriel Boric y el proceso constituyente en curso.


La votación del domingo atrajo a más de un millón de nuevos electores, quienes no habían participado en la primera vuelta ni en elecciones anteriores. ¿Qué motivó a estos nuevos votantes? ¿Fue el miedo o la esperanza? Responder a estas interrogantes podría proporcionarnos una perspectiva más nítida sobre el triunfo del candidato de Apruebo Dignidad y el futuro de su gobierno. Siguiendo el enfoque de Spinoza, tanto el miedo como la esperanza comparten un componente fundamental: la duda. Una vez que esta duda se disipa, emerge la seguridad o la desesperación. Además, Spinoza sostiene que el miedo nos conduce a optar por el "mal menor". En consecuencia, la llamada a Boric consiste en convertir la esperanza en certeza; esto implica cumplir con el programa establecido y alejar al máximo posible el temor asociado a la ultraderecha, si no quiere ser percibido únicamente como una opción de "menor daño".

viernes, 10 de septiembre de 2021

Voto obligatorio

 


 Durante esta semana, el Senado aprobó en términos generales la reinstauración del voto obligatorio, poco más de una década después de su implementación. Curiosamente, en el momento de su aprobación en 2009, se emplearon los mismos términos que se utilizan hoy en día: fortalecer, modernizar y mejorar "nuestra democracia". Sin embargo, es evidente que detrás de estos conceptos había consideraciones políticas calculadas. En ese entonces, la Concertación entendía que gran parte de los no inscritos podrían inclinarse hacia la izquierda, lo que impulsó su respaldo a la inscripción automática. Por otro lado, la Alianza comprendía la tendencia de su electorado a votar de forma voluntaria. En el contexto actual, el fracaso electoral de ambos bloques y el estado fluido de la política chilena los lleva a considerar que el retorno al voto obligatorio podría influir favorablemente en sus resultados electorales.


No obstante, no se ha demostrado empíricamente que el voto obligatorio o voluntario tenga un impacto positivo en la participación electoral ni en la integración de los partidos políticos en la sociedad. Los países que han adoptado uno u otro enfoque han obtenido resultados diversos. En Chile, la abstención es endémica tanto con voto voluntario como sin él, a excepción del plebiscito de 1988. Nunca antes la población ha concurrido de manera masiva a las urnas. En la última elección con voto obligatorio, solo el 41% de las personas en edad de votar participaron.


La opción del voto obligatorio representa una solución rápida y directa. Sin embargo, existe un enfoque más abarcador: abordar la reforma del sistema de partidos, establecer mecanismos de participación vinculantes, promover la educación ciudadana en entornos escolares y no escolares, fomentar la participación política temprana (como el voto juvenil) y empoderar a la sociedad civil, entre otras medidas. Con un aire de melancolía, los mismos actores de siempre parecen creer que el voto obligatorio los transportará de vuelta a la época de transición, con la esperanza de revivir sus figuras políticas en declive.

miércoles, 14 de abril de 2021

Adoctrinamiento

Durante la última semana, dos incidentes de naturaleza similar captaron la atención en Colombia y Chile. Se trató de acusaciones de adoctrinamiento dirigidas hacia profesores del ámbito de las ciencias sociales. En el primer caso, se cuestionó a un docente por asignar una tarea sobre los falsos positivos en Colombia, resultado de la lucha contra el narcotráfico y el sistema de incentivos dentro del ejército. En el segundo caso, surgió controversia debido al uso de una imagen que ilustraba la acción policial contra la hija del comunero asesinado Camilo Catrillanca, empleada para ejemplificar los abusos del Estado y la igualdad de derechos en Chile.

Es crucial señalar que en ninguna de estas instancias las profesoras intentaron imponer sus valores o perspectivas de pensamiento. Más bien, recurrieron a la actualidad como un recurso para ejemplificar y alcanzar sus respectivos objetivos de enseñanza. Por lo tanto, no puede calificarse como adoctrinamiento, a diferencia de lo que ocurría con los himnos y desfiles que debimos aprender durante la época de dictadura y transición.

En Chile, la materia de Educación Ciudadana se estableció con la finalidad de formar ciudadanos críticos y reflexivos. Para lograr esto, resulta esencial analizar la actualidad tanto a nivel nacional como global, e involucrar debates sobre cuestiones controvertidas para cultivar destrezas propicias para el diálogo democrático. Es momento de que abandonemos la búsqueda de ejemplos de hace un siglo o ubicados a miles de kilómetros de distancia. El vacío de contenido en la democracia únicamente crea fisuras que propician el autoritarismo y la demagogia. La censura no debe camuflarse como protección de las instituciones o figuras de autoridad. Nuestros estudiantes merecen una educación que los prepare para participar activamente en el sistema democrático, en lugar de ser instruidos bajo la fachada de una objetividad ficticia, la cual, por cierto, no existe.

sábado, 6 de marzo de 2021

Las estatuas del Estado-nación

La nación puede entenderse como un fenómeno identitario respecto a una comunidad política, entre más amplia y abstracta sea su definición, mayor será su capacidad de incorporar las culturas prexistentes, como pueblos originarios, y culturas incorporadas, como las comunidades migrantes; en cambio los Estados-nación fundados en el siglo XIX en América Latina, como comunidad imaginada, se fundaron sobre la base de un mito fundacional, historia “oficial” héroes, símbolos, los cuales debían ser compartidos obligadamente por toda la sociedad y difundido por el Estado, a través del sistema educativo, para crear una cultura homogénea.  Esta forma de crear y proyectar la nación se ha comportado para muchos sectores de la sociedad como una forma de violencia simbólica, el pueblo mapuche como muestra de un botón.

En la actualidad el mundo y la sociedad en Chile es cada vez más plural y diversa. y los Estado-nación como se crearon hace 200 años son un foco de conflicto, más que una forma de organizar a la sociedad, en el corto plazo es urgente repensar elementos simbólicos, como la historia, la toponimia, nombres de calles, memoriales, incluyendo las estatuas que se erigen en las ciudades, no por existan en tanto patrimonio significan lo mismo para todas las personas que habitan el país. Lo ocurrido con el monumento de Baquedano, más que generar una condena general, o tratar de anti chilenos o antipatriotas a quienes la vandalizaron, debiera ser un llamado a la reflexión para proyectar el país y la “nación” o “naciones” que queremos.


domingo, 28 de febrero de 2021

¿Conflicto?

 A mediados del siglo XIX, el mundo se encontraba en pleno apogeo de la Revolución Industrial. De la mano de la ciencia y la tecnología se ampliaba la idea de progreso, la burguesía se consolidaba como clase hegemónica, las repúblicas remplazaban a las monarquías, el liberalismo económico acababa con el mercantilismo y desaparecía eso que lo que los europeos conocían como Antiguo Régimen. En ese contexto, los hacendados del valle central de Chile vieron la necesidad de ampliar la frontera agrícola nacional para satisfacer la demanda de un mercado cada vez más global y el Estado dispuso de la fuerza militar para ese objetivo: esto es lo que conocemos como ocupación de la Araucanía. En el momento de la invasión militar, el pueblo mapuche gozaba de autonomía política y territorial, además de una prosperidad económica derivada de la ganadería, en contacto con el puelmapu, y de la propiedad colectiva de la tierra. Una vez terminada la invasión, la prosperidad y la autonomía dieron paso al empobrecimiento, a la propiedad individual y al control por parte del Estado de Chile, que se asumió con puño de hierro por el Cuerpo de Gendarmes de la Colonia con hombres como Hernán Trizano.

A 150 años del comienzo de la ocupación chilena de la Araucanía, la mayoría de las comunas más pobres del país se encuentran en la zona de la frontera y existe una estrecha relación entre la expansión de la industria forestal y la creación de verdaderos bolsones de pobreza. A esto se suma la alta presencia policial, una historia reciente de allanamientos, asesinatos y vulneración de derechos, eventos que hacen de la Araucanía un caldo de cultivo para el mal llamado “conflicto mapuche”.

En el mundo actual, los conflictos étnico-nacionales son más una regla que una excepción, puesto que en la conformación de Estado-nación no siempre se consideraron las fronteras étnico-culturales: no son pocos los grupos nacionales que reclaman autonomía o espacios de poder dentro de la sociedad mayoritaria, con mayor o menor éxito en los diferentes continentes. En ninguno de estos conflictos ha estado ausente la violencia, pero la presencia de esta en diferentes grados no ha ocultado la legitimidad de las demandas históricas. En Chile, en cambio, se ha optado por invisibilizar y anular las demandas del principal pueblo originario del país mediante un racismo estatal que ha instalado el discurso del “mapuche bueno” –el individuo que vive tranquilo en su comunidad– y el “mapuche malo” –el que asume la lucha territorial –, transformando un profundo problema histórico-político en uno de seguridad pública que se soluciona a través del aumento del contingente policial, la coordinación del trabajo de inteligencia y el fortalecimiento de las leyes para la lucha contra el “terrorismo”.  El supuesto acuerdo nacional entrega mayor poder a las policías y a los fiscales, el problema es que el único poder que debiera ser fortalecido es el dialogo, que, como siempre, ha estado ausente. 


Felipe Manríquez P
Profesor Educación Ciudadana

Somos

 Somos piel, hueso y carne; piel que siente, pero que se irrita huesos que resisten, pero se fracturan carne que sangra y que se pudre al mi...